Con éste, voy a empezar una serie de artículos sobre cómo se modifica nuestro suelo pélvico durante distintas etapas de nuestra vida.
Voy a centrarme en tres etapas en las que esta musculatura suele estar más vulnerable: el embarazo, el parto y la menupausia.
Hoy empezamos con el suelo pélvico en el embarazo.
Muchas mujeres empiezan a escuchar a hablar de suelo pélvico y a tomar conciencia de su existencia cuando están embarazadas.
Empiezan a preocuparse por esta zona y deciden empezar a ejercitarla. Lo ideal sería empezar a trabajarla antes, para llegar al embarazo con la musculatura en buenas condiciones, pero si ya estás embarazada no te preocupes, nunca es tarde para empezar…
Hay varios factores que pueden alterar el estado del suelo pélvico durante el embarazo:
Las hormonas en el embarazo
Durante el embarazo el aumento de los niveles de estrógenos y progesterona hace que todos los músculos y ligamentos de nuestro cuerpo estén mucho más laxos. De otra manera no sería posible que nuestro abdomen pudiera estirarse para albergar al bebé, ni tampoco la musculatura de la pelvis tendría la capacidad que tiene para estirarse en el parto.
El aumento del peso materno
Cuanto mayor sea ese aumento de peso, mayor esfuerzo tendrá que realizar nuestro suelo pélvico, pues no olvidemos que el suelo pélvico es la base de nuestro tronco.
Por tanto, es muy importante controlar ese aumento de peso y que sea lo indispensable durante para la gestación.
El cambio en la postura
El aumento de curvas en la espalda provoca una modificación en la dirección de las presiones intrabdominales.
En condiciones normales las presiones se dirigen a la parte posterior del suelo pélvico.
En una mujer embarazada esos aumentos de presión incidirán más en la parte anterior. Esta zona no está diseñada para soportar tanto peso y habrá más probabilidad de que ceda y se acabe debilitando.
Además es importante que cuides tu postura para no sobrecargar todavía más la zona.
Los hábitos de vida
El estreñimiento, el pasar mucho tiempo de pie o cargar pesos, por ejemplo, pueden debilitar la musculatura todavía más.
Calidad del tejido
Existe cierta predisposición genética a sufrir patologías de suelo pélvico debido a una incompetencia de los tejidos que se da en algunas familias.
Es habitual, por ejemplo, encontrarnos con mujeres que refieren que su abuela sufría de incontinencia y su madre también. Si hay antecedentes de problemas de suelo pélvico en tu familia debes estar todavía más alerta ante cualquier síntoma.
La hipotonía del suelo pélvico es fisiológica durante el embarazo y no se considera algo patológico a no ser que esté presente antes de quedarnos embarazadas.
El parto
Pasan 9 meses, y después del embarazo nos enfrentamos a un parto.
Esa musculatura, que ya venía debilitada del embarazo, se ve sometida ahora al empuje que ejerce el bebé durante el descenso por el canal de parto, y posteriormente a un sobrestiramiento durante la fase expulsiva.
Si a ello añadimos una maniobra de Kristeller, fórceps, ventosa, etc…ese estiramiento será todavía mayor.
¿Qué puedes hacer entonces durante el embarazo para mantener tu suelo pélvico en forma? Pues debemos centrarnos por un lado en fortalecerlo y por otro lado en mantenerlo elástico.
¿Cómo fortalecer el suelo pélvico?
Para ejercitar el suelo pélvico lo más recomendable son los ejercicios de Kegel y el método 5p.
El orgasmo supone una supercontracción perineal. Así que tanto sola como en compañía es una estupenda manera de ejercitar tu suelo pélvico.
Además es indispensable el trabajo de la musculatura abdominal, para que tanto las vísceras como nuestro bebé tengan una buena sujeción, y descarguemos en lo posible el suelo pélvico.
La reeducación postural también va a contribuir a que las presiones se repartan de manera adecuada dentro de la cavidad abdominal. De esta manera estarás protegiendo tu suelo pélvico de una carga excesiva.
¿Cómo elastificar el suelo pélvico?
Para elastificar la musculatura se recomienda practicar el masaje perineal en las últimas semanas de embarazo y se puede combinar con la utilización del EpiNo.
Trabajando el suelo pélvico durante el embarazo estarás previniendo posibles problemas en el potparto (incontinencias, prolapsos, disfunciones sexuales)
Por otro lado, le estarás facilitando el camino a tu bebé en el parto. Recordemos que el bebé en su descenso por el canal de parto necesita un buen apoyo en esa escalera de caracol que forman nuestros músculos dentro de la pelvis.
Así que si estás embarazada, es un momento ideal para empezar a cuidar tu suelo pélvico. Hazlo por ti y piensa también que se lo estarás poniendo más fácil a tu bebé.
Y muy importante…ponte en manos de un profesional cualificado que esté especializado en el trabajo con embarazadas. Recuerda que los especialistas en el suelo pélvico somos los fisioterapeutas.