cólico del lactante

Mi bebé no para de llorar ¿será el cólico del lactante?

Si tienes hijos, sabrás lo desesperante que puede llegar a ser ver llorar a tu bebé sin saber qué le pasa.

Una de las grandes preocupaciones cuando nos convertimos en padres, sobre todo en los primeros meses, es averiguar qué necesita nuestro bebé en cada momento.

Está claro que el llanto es la única manera que tiene un bebé de comunicar que se siente incómodo por algo. A medida que van pasando los meses, y vamos conociendo a nuestro hijo, poco a poco vamos siendo capaces de interpretar qué es lo que nos está pidiendo cada vez que llora, pero sobre todo al principio, todos hemos pasado por esos momentos de agobio en los que tu hijo llora y no sabes qué hacer para consolarlo.

Pero, ¿cuándo debes empezar a preocuparte por el llanto de tu bebé? ¿realmente todos los bebés que lloran mucho pueden ser diagnosticados de cólico del lactante? Mi objetivo con este artículo es aclararte un poco este tema y contarte todo lo que desde la fisioterapia podemos hacer para facilitaros las cosas a ti y a tu bebé desde los primeros días.

 

¿Qué es el cólico del lactante?

Antes de nada, es importante empezar señalando que el cólico del lactante, aunque fastidia bastante tanto al bebé como a la familia, no es ninguna enfermedad. Según Wessel, se define como «llanto excesivo, intenso e inconsolable; con una duración mínima de 3 horas al día, mínimo 3 días en semana, durante al menos 3 semanas».

En esos episodios de llanto, que suelen darse al atardecer, observamos como el bebé se pone muy rígido y rojo, y se lleva las rodillas al pecho.

Suele comenzar entre las 3 y las 6 semanas de vida y desaparecer en torno a los 3 o 4 meses.

Con respecto a la causa, no está muy claro por qué aparece, aunque se suele asociar a un problema de inmadurez intestinal.

Tratamiento del cólico del lactante

Aunque en la mayoría de los casos, el cólico del lactante desaparece con el tiempo, podemos ayudar al bebé a que se sienta mejor y disminuyan esos episodios de llanto. En este sentido, la fisioterapia tiene un papel fundamental. Mediante sencillas técnicas manuales y con algunos consejos para casa, podemos mejorar la calidad de vida del bebé y por tanto, de toda la familia. En pocas sesiones, el bebé empezará a sentirse más tranquilo, y vosotros también.

 

¿Todos los bebés que lloran mucho tienen cólico del lactante?

Parece que últimamente casi todos los bebés tuvieran cólico del lactante ¿no? Esto me lo comentan muchas mamás, y lo que sucede es que en la mayoría de los casos detrás de ese diagnóstico de cólico del lactante hay algo más…

Cuando un bebé llega a consulta, lo primero que hago en la entrevista a los padres es preguntarles cómo fue el parto. En muchas ocasiones, el que un bebé llore está relacionado con el modo en que nació.

Sobre todo cuando se ha traccionado mucho del bebé, en partos complicados, instrumentalizados, en cesáreas…pueden aparecer zonas de tensión, y los bebés lloran porque, al igual que los adultos, a ellos también les duele la cabeza o la espalda.

Hay veces que también el parto puede ser el origen de compresiones de nervios en su paso por la base del cráneo.

Hay que tener en cuenta que el cráneo del bebé cuando nace no está todavía soldado, y esto es así porque su cerebro tiene que seguir creciendo durante mucho tiempo. Además es imprescindible también para que en el parto puedan superponerse unos huesos  sobre otros. De esta manera se puede adaptar la cabeza al espacio de la pelvis de la mamá.

Cólico del lactante

Los huesos se unen entre sí por las suturas, formadas por tejidos elásticos. Al no existir esa soldadura, en los espacios donde están las suturas podemos encontrar zonas blandas, que son las que conocemos como fontanelas. Por estas suturas salen nervios, esos «cables» que conducen información a vísceras y músculos. Si esos nervios están comprimidos porque el cráneo se ha visto sometido a presiones, posiblemente esas estructuras que inervan esos nervios no van a recibir la información de una manera adecuada, dando lugar a problemas. Así que hay veces que los síntomas digestivos, por ejemplo, tienen su causa en el cráneo.

 

Expectativas vs realidad con los bebés

Después de preguntarles por el nacimiento, les pido a los padres que me hablen sobre las rutinas en casa.

Los bebés cuando nacen son muy inmaduros. Si comparamos a un bebé humano con cualquier otra cría de mamífero, podremos comprobar como nosotros somos bastante más dependientes que el resto de animales. Un caballo a los pocos minutos de nacer ya puede ponerse en pie, sin embargo, pasarán muchos meses hasta que el bebé pueda hacerlo.

Los bebés nacen antes de tiempo porque a los humanos nos dio un buen día por ponernos de pie. Para ello, la pelvis tuvo que adaptarse haciéndose más estrecha. Esto unido a que nuestro cerebro es grande (y por tanto, nuestra cabeza también) es la causa por la cual un bebé no puede pasar más tiempo dentro del útero. Si el embarazo fuera más largo, llegaría un momento en que el bebé no cabría por el canal de parto.

Por tanto, se dice que los humanos tenemos 9 meses de gestación y aproximadamente 9 meses de exterogestación. En esos primeros meses después del nacimiento se le deben proporcionar al bebé unas condiciones lo más parecidas posibles a cuando estaba en el vientre materno. Es decir: alimento continuo, contacto continuo, temperatura adecuada y movimiento.

Hay veces que un bebé, por desconocimiento de los padres, no tiene cubiertas sus necesidades básicas. Quizá los papás no le estén proporcionando al bebé todo lo que necesita en cuanto a frecuencia de tomas, agarre al pecho, posiciones al dar biberón, contacto…Ese bebé, por supuesto, llorará. Y lo que en principio parecía un cólico, se soluciona proporcionando una información actualizada y pautas correctas en cuanto a lactancia, sueño y porteo.

Una vez que tengo todos estos datos, paso a hacer un diagnóstico completo del cuerpo del bebé mediante distintos test para averiguar dónde está la causa de lo que le sucede y procedo a tratar mediante sencillas técnicas manuales.

Normalmente los bebés responden muy rápido al tratamiento, y en pocas sesiones se pueden observar grandes cambios.

En nuestro centro estamos especializados en el tratamiento de disfunciones digestivas  del bebé y dificultades con la lactancia.

Estaré encantada de poner todo de mi parte para facilitaros la vida y, lo más importante, para que vuestro bebé crezca feliz.

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