El movimiento es intrínseco al ser humano. Nuestro cuerpo está diseñado para moverse, está claro.
Los fisioterapeutas lo sabemos bien porque vemos en nuestro día a día todos los problemas derivados del sedentarismo.
Pero y en el parto…¿por qué moverse es tan importante? Pues por un lado, porque le estarás facilitando el camino a tu bebé. Por otro lado, tú vas a soportar mejor las contracciones. Yo siempre les digo a las mamás que debemos plantearnos el parto como un gran trabajo en equipo.
El bebé está haciendo su parte del trabajo: tiene que atravesar la pelvis de la mamá, tiene que atravesar ese canal de parto o, como yo prefiero llamarlo, canal de la vida.
Y nosotras podemos y debemos colaborar con él en esa transición del útero hasta nuestros brazos.
La pelvis
Me parece que la pelvis posee un diseño maravilloso. Es un gran anillo óseo formado por cuatro huesos, cuatro piezas que encajan entre sí a la perfección:
- Dos huesos ilíacos, que se articulan con los miembros inferiores por medio de los fémures
- El sacro, que es el hueso de forma triangular que se encuentra al final de la columna vertebral
- El coxis, que es ese hueso pequeñito que prolonga el sacro
Por lo general, a lo largo de nuestra vida, estos huesos apenas tienen capacidad de moverse unos respecto a otros. Están unidos por fuertes ligamentos y músculos que le dan a la pelvis la estabilidad necesaria en esta parte de nuestro cuerpo.
Pero el día del parto todo cambia: gracias a los cambios hormonales que se dan durante el embarazo, estos ligamentos se van a hacer más elásticos que nunca, permitiendo que estos huesos tengan capacidad de moverse y, por tanto, que sea posible modificar los diámetros de la pelvis.
Cómo os ayuda el movimiento a ti y a tu bebé
Si observas la parte interna de la pelvis, puedes ver que se asemeja a un cuenco de forma irregular.
El bebé, en su descenso, lo que va a hacer es ir girando para adaptarse a la forma de la pelvis, buscando siempre la manera de ir adaptando su pequeño cuerpo al espacio del que dispone.
Y aquí viene la parte en la que tú puedes ayudar a tu bebé, pues dependiendo de la postura en la que te coloques podrás modificar ese espacio. Quizá, en un momento dado, un cambio de postura suponga que le estés proporcionando a tu bebé esos milímetros que necesita en su avance. Tal vez esos milímetros supongan la clave para que todo fluya, el parto progrese y no necesitemos intervenir desde fuera.
Si además adoptas posturas verticales también vas a estar aprovechando el efecto de la gravedad. En posiciones verticales, por otra parte, la cabeza del bebé puede presionar sobre el suelo pélvico totalmente, provocando que esta musculatura se vaya estirando poco a poco y estimulando el cuello uterino.
Eso sí, aunque el movimiento vaya a ayudar a facilitar la dilatación, habrá momentos en los que necesites parar y descansar. Puede ser un proceso de muchas horas y el agotamiento es un gran enemigo en el parto.
Para que de verdad tu bebé y tú forméis el mejor equipo, es fundamental que el día del nacimiento estés muy conectada con tu cuerpo, que estés muy hacia dentro. De esta manera, podrás evadirte de lo que sucede fuera y estar atenta a las señales de tu cuerpo.
Tu cuerpo te irá indicando cuáles son las posturas más favorables en cada fase del parto, qué necesita tu bebé en cada momento. Por supuesto, si ya has practicado estas posturas durante el embarazo, y las tienes integradas, será más fácil que te salgan de manera natural.
Además, si estás en movimiento, vas a poder llevar mejor las contracciones que si estás tumbada sin hacer nada. Piensa, por ejemplo, que cuando tienes cualquier dolor, seguramente lo sentirás con mayor intensidad por la noche en la cama cuando te encuentras sin hacer nada.
Desde el principio de los tiempos, las mujeres se han movido durante el parto. En grabados antiguos ya se observa cómo la mujer no permanecía inmóvil. Si te vas a una tribu perdida de África, las mujeres de manera instintiva se mueven, no buscan un sitio para tumbarse.
Seguramente nunca te has planteado defecar tumbada ¿verdad? Pues eso…
Fue allá por el siglo XVII cuando a un médico se le ocurrió la genial idea de tumbar a la mujer, con el único fin de facilitarle el trabajo a quien está asistiendo al parto. Por supuesto, sin tener en cuenta en ningún momento las consecuencias negativas que esta decisión pudiera tener tanto para la mamá como para el bebé.
Posturas para dilatación en el parto
No existe una postura ideal para el parto. Lo importante es que la mujer tenga capacidad de elegir la que ella necesite. Ya te he contado que tu cuerpo te va a ir indicando cómo tienes que moverte para facilitar el descenso de tu bebé a través de la pelvis, pero hay ciertas posturas que, por lo general, suelen funcionar a la mayoría de las mujeres en alguna fase del proceso. Son las posturas que suelen adoptar muchas mujeres de una manera espontánea, si se les ofrece libertad de movimientos. Estas posturas tienen en común que:
- se juega con el efecto de la gravedad
- la pelvis está libre
- tienes la capacidad de ir variando la posición de las piernas y los brazos
- la parte baja de la espalda tendrá un fácil acceso para poder aplicar masaje, presiones o calor si lo necesitas
A continuación te hablo de cuáles son estas posiciones.
Posición de pie
En esta posición puedes utilizar una pared, una mesa, la cama…para apoyar el peso de tu cuerpo. O puedes suspenderte de tu pareja, de una tela o de alguna parte del mobiliario. Puedes ir probando distintas posiciones de tus piernas y de tus brazos.
Sentada sobre una pelota grande
La pelota te ofrece una gran variedad de movimientos y sueles tenerla a tu disposición en todos los hospitales. Lo ideal es que durante el embarazo te familiarices con ella para que el día del parto te sientas cómoda al utilizarla. Puedes ir variando también la posición de las piernas y el apoyo de la parte superior del tronco.
A cuatro patas
Puedes sostener el peso de tu cuerpo sobre tus rodillas y tus manos. También puedes incluir el uso de pelota, almohadas o la cama para sostenerte.
Estas 3 posturas tienen muchas variantes y te recomiendo que las practiques durante el embarazo asesorada siempre por un profesional cualificado.
Te animo a que durante el embarazo empieces a prepararte para ese gran maratón que supone el nacimiento.
Me encantaría poder acompañarte en este camino para que disfrutes de tu embarazo y de tu parto.
En la preparación al nacimiento en nuestro centro (tanto en la versión presencial como on line) aprenderás las posturas para la dilatación y el expulsivo más favorables junto a tu pareja. Además te proporcionaré herramientas que te ayudarán a gestionar el dolor durante las contracciones.
Trabajaremos también la parte emocional con el método NACES para que llegues al día del nacimiento tranquila y empoderada. Llegarás con la seguridad de tu bebé y tú sois los grandes protagonistas y de que tu cuerpo está perfectamente preparado para dar a luz.
El nacimiento de un hijo es un acontecimiento suficientemente importante y transformador en la vida para que le dediques un tiempo, para que TE dediques un tiempo.