suelo pélvico y postparto

¿Por qué cambia el sexo en el postparto?

Ya pasó el parto. Por fin ha llegado vuestro bebé. Esa pequeña personita que ha revolucionado vuestras vidas, llenándola de felicidad y agotamiento a partes iguales.

Pasa la famosa cuarentena. Con ella, llega el momento en el que se se supone que toca retomar vuestra vida sexual y se encienden en tu cabeza todas las señales de alarma.

A la mayoría de las mujeres les asaltan en ese momento las dudas y el miedo.

Me dolerá seguro

¿Se me abrirá la cicatriz?

No me apetece nada

Lo tengo que hacer por mi pareja

sexo en el postparto

Has sufrido un cambio físico importante. El parto puede suponer un gran traumatismo para el cuerpo y tiene sus consecuencias. Además va acompañado en la mayoría de los casos por un descenso radical de la líbido.

Todo esto, aunque creas que solo te pasa a ti, es algo absolutamente normal.

Pero, ¿por qué duele el sexo en el postparto o cuesta más llegar al orgasmo?

Te explico a continuación los distintos factores que afectan a la sexualidad en esta etapa.

CAMBIOS ANATÓMICOS EN EL POSTPARTO

El parto puede ocasionar distintas lesiones en tu cuerpo:

Sobreestiramiento de la vagina

El propio paso del bebé por la vagina a menudo ocasiona un daño en el tejido. La irritación  de las mucosas puede dar lugar a una quemazón o fricción áspera durante la penetración. Algunas mujeres describen el roce con el pene como el de un papel de lija.

Dolores pélvicos

De origen muscular, articular, ligamentoso o nervioso.  Debidos a la apertura de los los diámetros de la pelvis para darle salida al bebé.

Prolapso o descenso de órganos pélvicos

Los pujos mal realizados o los expulsivos muy largos pueden hacer que la vejiga, útero o recto desciendan. Si estos órganos no están en su sitio, durante la penetración se daría un choque del pene con ellos provocando dolor profundo, en el fondo de la vagina.

Cicatrices perineales,

Provenientes de una episiotomía o desgarro. A veces pueden quedarse hipersensibles, adheridas o engrosadas provocando dolor al roce. En este caso el dolor aparecería a la penetración en la entrada de la vagina.

Debilidad de los músculos del suelo pélvico

La edad, el número de embarazos o el tipo de parto, pueden dar lugar a modificaciones en el suelo pélvico provocando que esta musculatura se debilite, como te contamos en este post. Lo más habitual es sentir que el espacio vaginal ha aumentado y que el pene no llena por completo la cavidad durante la penetración. Al haber menos rozamiento entre el pene y la vagina puede dificultarse el orgasmo.

Incluso si el parto ha sido por cesárea, habrá una pérdida de tensión en el tejido vaginal y muscular, puesto que la secreción hormonal es la misma. Por tanto, va a influir de igual manera sobre tu musculatura y tu tejido conjuntivo.

parto

CAMBIOS HORMONALES EN EL POSTPARTO

Después del parto hay una disminución en picado de estrógenos, que permanecerán bajos durante el tiempo que dure la lactancia.

Habrá además un aumento considerable de la prolactina y la oxitocina. Estas hormonas tienen un papel muy importante en la sexualidad femenina.

Los estrógenos favorecen el aumento de receptores de testosterona en la mujer. La testosterona es una de las principales hormonas que van a participar en el deseo sexual. Si no hay testosterona, no hay deseo sexual.

Además, los estrógenos estimulan la lubricación y vascularización de la vagina, aumentan el volumen muscular de sus paredes y son los encargados de regenerar su tejido y mucosas.

En el posparto, la disminución de estrógenos combinada con el aumento de prolactina y de oxitocina, pueden simular una menopausia sobre todo en los dos primeros meses, cursando con sequedad vaginal.

Además si has optado por la lactancia materna, la madre naturaleza tampoco va a favorecer tus instintos sexuales para que te centres en tu cría.

Durante la lactancia aumentan los niveles de oxitocina y prolactina en el organismo de la madre.

lactancia

La oxitocina es la hormona del amor y del afecto. Es la hormona responsable de los instintos de protección hacia tu bebé y la que potencia el vínculo materno-filial.

La prolactina es la hormona responsable de la producción de la leche. Pero, a la vez, resulta que la prolactina es una hormona antagonista de la testosterona, hormona responsable del deseo sexual. Por tanto, es muy frecuente que a las madres durante la lactancia no les apetezca tener sexo.

 

CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA

La falta de sueño, el cansancio, cambios en las rutinas, problemas de pareja, depresión postparto… son algunos elementos de los que nadie en el embarazo te habló pero que evidentemente no van a favorecer para nada que el deseo sexual aparezca.

mujer cansada

Pero que no cunda el pánico…todas las sensaciones que tienes son absolutamente normales, tu organismo se terminará reequilibrando y tu sexualidad se irá normalizando. Acabará volviendo todo a ser igual o mejor que antes. No tengas prisa y no te dejes presionar por tu entorno o por tu pareja. Date el tiempo que necesites.

Recuerda que durante el postparto es normal que el deseo sexual disminuya. No es una norma general para todas las mujeres, pero es algo muy habitual. Tu cuerpo ha cambiado y necesita tiempo para recuperarse.

Si detectas que con el paso del tiempo:

  • el deseo sexual no se reactiva
  • tu suelo pélvico no recupera sensibilidad y te cuesta llegar al orgasmo
  • lo que eran molestias iniciales han evolucionado a un dolor que se repite en cada encuentro sexual (dispareunia)

No esperes para acudir a un profesional especializado. Y como ya sabes, los profesionales especializados en el suelo pélvico somos los fisioterapeutas.

La sexualidad es una aspecto muy importante en tu vida y merece que le dediques atención. El haber pasado por un parto no es motivo suficiente para dejar de disfrutar de tu cuerpo.

En nuestro centro estamos especializadas en recuperación postparto. Te recomendamos que acudas a partir de los 2 meses del nacimiento de tu bebé para valorar como está tu suelo pélvico, tu abdomen y tu postura.

¿Por qué parece que sigo embarazada? Qué es la diástasis abdominal y cómo solucionarla

¿Por qué parece que sigo embarazada?

Esta pregunta nos la hacen muchas pacientes en consulta. El caso típico es la mujer que hace meses (o incluso años) de su último parto y nos viene contando que su barriga no ha vuelto a ser la de antes, que tiene la misma tripa que cuando estaba de 5 meses de embarazo, o que le han llegado a  preguntar que si estaba embarazada de nuevo. Por cierto, no se te ocurra nunca hacer esta pregunta a una mujer a no ser que estés segura de la respuesta, por favor…

En estos casos el problema suele ser que hay una diástasis abdominal, pero ¿qué es exactamente una díastasis abdominal? Pues es la separación de los músculos rectos del abdomen como consecuencia de un daño en el tejido conectivo que, en condiciones normales, los mantiene unidos entre sí y a la línea media del cuerpo, la denominada línea alba.

Aunque para muchas mujeres supone principalmente un problema estético,  no olvidemos que también es un  problema funcional, puesto que la musculatura abdominal, junto con la musculatura del suelo pélvico, tiene un papel fundamental en la estabilización del tronco y en la sujeción visceral. Así que es importante solucionar este problema para evitar males mayores.

FACTORES DE RIESGO

  • Embarazo

El gran estiramiento que supone el embarazo en la línea alba lógicamente predispone a la diástasis. Durante el embarazo se da una separación fisiológica de los rectos, indispensable para ampliar el espacio que necesita el bebé. El cambio hormonal provoca una alteración en la composición del colágeno, que hace que se debilite el tejido conectivo de la línea alba.

Lo ideal sería que tras el parto todo volviera a su sitio, y esa separación entre los rectos desaparaciese, pero desgraciadamente no siempre ocurre así, sobre todo cuando el bebé es muy grande, en embarazos múltiples o cuando la mujer tiene poco tono muscular.

Además el parto es otro factor de riesgo para el abdomen, sobre todo cuando se alarga más de la cuenta y hay mucho pujo. En caso de cesárea también hay más posibilidad de que el tejido se debilite debido a la cicatriz.

Por todo esto, es muy importante que llegues al embarazo con un abdomen tonificado y que lo entrenes durante todo el embarazo junto a tu suelo pélvico con ejercicios específicos para ello. En nuestras clases para embarazadas siempre incluimos ejercicios de este tipo.

Y si ya has sufrido diástasis en tu anterior embarazo, plantéate recuperar completamente tu abdomen antes de volver a quedarte embarazada.

  • Aumento importante de peso

diástasis abdominal

No solo el embarazo provoca un estiramiento en la zona abdominal. Cuando hay un importante incremento de peso,  el abdomen se ve sometido a un gran aumento de presión que puede acabar también debilitando el tejido conectivo que une a los rectos. Los hombres tienen tendencia a acumular la mayor parte de la grasa en la zona abdominal, por ello, aunque la diástasis sea más frecuente en mujeres, los hombres también puede sufrir este problema.

  • Aumentos de presión

La presión es la gran enemiga de los abdominales y el suelo pélvico. En nuestro día a día se dan continuos aumentos de presión dentro de nuestro abdomen: al reír, toser, estornudar, gritar, cargar peso…Si imaginamos nuestra cavidad abdominal como un globo, cada vez, que empujamos el globo desde arriba, esa presión se transmite a las paredes del globo, o sea a los abdominales y suelo pélvico. Si esta musculatura no es competente, acabará cediendo. Hay ciertos aumentos de presión que son inevitables, sin embargo, podemos controlar todos aquéllos que suponen un extra,  y son los que normalmente más nos perjudican, como:

– El estreñimiento

diástasis abdominal

Los empujes repetidos al defecar suponen un enorme estiramiento tanto para los abdominales como para el suelo pélvico. Es muy importante que cuidemos nuestra dieta  y la postura en el wc , colocando un taburete debajo de nuestros pies para que nuestras rodillas estén más altas que nuestras caderas (simulamos de esta manera la postura de cuclillas que es la más natural para facilitar la salida de las heces), apoyamos los codos en los muslos y en vez de empujar en apnea, hacemos soplos repetidos con la espalda en autoelongación.

– Los ejercicios abdominales tradicionales

diástasis abdominal

Son los abdominales de toda la vida, en los que flexionamos el tronco acercando las costillas a la pelvis. Aparte de que no vamos a perder barriga con ellos, y que nos podemos fastidiar bastante la zona lumbar, suponen un enorme aumento de presión abdominal. Los ejercicios más efectivos para trabajar la musculatura abdominal son los hipopresivos , el método 5p y la activación del core mediante la respiración. Busca siempre profesionales especializados para aprender la correcta ejecución de cada técnica.

– Levantar  cargas excesivas

  • Postura corporal incorrecta

Es imprescindible que haya una postura corporal adecuada para que haya una correcta gestión de las presiones dentro de la cavidad abdominal. Si practicas la autoelongación de la espalda (imaginando, por ejemplo, que un hilo tira de tu coronilla haca el techo) y procuras mantener la pelvis neutra, es decir, sin inclinarla mucho hacia delante ni hacia atrás, estarás facilitando el trabajo de tus múculos abdominales y tu suelo pélvico.

SÍNTOMAS

Éstos son los síntomas más frecuentes que acompañan a una diástasis

  • Barriga flácida y/o abultada. Podemos notar que la barriga está muy blanda y a veces aparece algún bulto, sobre todo al incorporarnos.
  • Dolor lumbo-pélvico. Si hay una diástasis, fallará la estabilización del tronco y se alterará nuestra postura, dando lugar a dolor lumbar o pélvico.
  • Inflamación abdominal y malas digestiones. Al no haber una buena sujeción visceral, los órganos pueden alterar su posición en el espacio y su función, ocasionando gases, malas digestiones y estreñimiento.
  • Hernia umbilical o abdominal. Si no hay una pared abdominal competente hay más riego de que alguna víscera puede salir hacia fuera.
  • Dolor abdominal. A veces aparecen puntos de dolor como consecuencia de la distensión muscular.
  • Disfunciones del suelo pélvico. Los abdominales trabajan en equipo junto con el diafragma, los músculos lumbares y el suelo pélvico. Si alguno de los componentes de este equipo falla, inevitablemente repercute en los demás. La diástasis provoca un cambio en la curvatura lumbar y, por tanto, en la postura. Este cambio postural será responsable de un cambio en la gestión de las presiones dentro del abdomen, de manera que los aumentos de presión tenderán a ir a la zona anterior del suelo pélvico en vez de a la parte posterior. La parte anterior del abdomen es más vulnerable porque no está diseñada para soportar peso, de manera que con el tiempo puede acabar cediendo y debilitándose. De ahí que en muchas ocasiones una diástasis abdominal desencadena una incontinencia urinaria o un prolapso.

¿CÓMO SABER SI TIENES DIÁSTASIS?

Lo ideal sería que acudieras a un fisioterapeuta especializado para que realizara una valoración de tu abdomen y suelo pélvico, pero puedes hacer este sencillo test en casa que te puede dar una pista de si existe algún problema. Deberías colocarte para ello boca arriba con rodillas flexionadas y plantas de los pies apoyadas en el suelo. Colocas una mano con las puntas de los dedos por debajo de tu ombligo, introduciéndolos un poco en la zona de la línea alba. También lo puedes hacer por encima de tu ombligo. La otra mano la colocas debajo de tu cabeza y la despegas ligeramente del suelo, como para hacer un abdominal clásico. Si notas que los dedos se hunden y que hay una separación importante entre tus rectos, probablemente haya una diástasis.

TRATAMIENTO

Si tienes diástasis es momento de ponerse manos a la obra y buscar solución lo antes posible. Lo primero es buscar a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que diseñe un plan de tratamiento específico para tu caso. Empezará por hacer una valoración completa del estado de tu musculatura abdominal y suelo pélvico. Además comprobará cómo está tu diafragma y tu postura. En función del resultado de esta evaluación inicial, decidirá cuál es la mejor opción para ti, pero te adelanto que seguro que exige un compromiso por tu parte. La recuperación dependerá sobre todo del trabajo que TÚ hagas. Los resultados son visibles desde el principio, pero no existen remedios mágicos que no incluyan un esfuerzo.

Éstas son las herramientas con las que contamos en nuestro centro para el tratamiento de una diástasis:

  • Terapia manual

Siempre el primer paso del tratamiento es relajar las posibles tensiones de la faja abdominal, diafragma, zona lumbar y pelvis. Se utilizan técnicas de fisioterapia y osteopatía.

 

Para devolver la funcionalidad a la musculatura. Nos centraremos mucho en el trabajo del core  y sobre todo del músculo transverso del abdomen.

 

Nos permitirá trabajar a la vez los músculos abdominales y el suelo pélvico.

Por qué parece que sigo embarazada: diástasis abdominal

Con este método activamos los músculos abdominales  y se reequilibran las tensiones musculares en todo el cuerpo, mejorando el diafragma y los músculos de la esfera pélvica. Trabajamos el equilibrio general, modificando el eje central del cuerpo y mejorando así la postura.

Por qué parece que sigo embarazada: diástasis abdominal

  • Electroestimulación

Para intensificar el entrenamiento de los músculos profundos del abdomen,  reforzándolos en el caso de que haya muy poco tono. Así mismo, si el suelo pélvico ha visto alterada su función, esta técnica ayuda a mejorar la contracción de los músculos perineales.

 

  • Vendaje neuromuscular

La mejor faja será siempre la activación del core. Sin embargo, si el transverso abdominal está muy debilitado y el tejido fascial seriamente dañado, se pueden utilizar vendajes que ayuden a la aproximación de los rectos y a dar cierta sujeción. Además dan un recuerdo al cerebro para que active esa musculatura y seamos más conscientes de ella al realizar los ejercicios en casa.

Por qué parece que sigo embarazada: diástasis abdominal

Espero que con este artículo te hayan quedado claros los aspectos fundamentales de la diástasis abdominal.

 

 

¿Cómo está tu suelo pélvico en el postparto? Consejos para cuidarlo

El postparto, junto con el embarazo y la menopausia, son tres etapas clave en la vida de una mujer en las que el suelo pélvico requiere de una atención especial.

Vamos a empezar aclarando cuánto dura el postparto para nosotros, los fisios.

Habitualmente se entiende por postparto el periodo que va desde el nacimiento hasta las 6-8 semanas posteriores. Sería la famosa “cuarentena”. Para nosotros el postparto o puerperio va más allá. Nuestro cuerpo necesita mucho más de 40 días para recuperarse.

Se entiende que todo debe haber vuelto a su sitio más o menos a los 9 meses del parto, aunque en algunos casos se alarga unos meses más. Es el tiempo en que nuestros órganos vuelven a su situación de antes del embarazo y nuestro sistema músculo-esquelético se normaliza….o debería normalizarse.

Recuperación postparto

Durante el embarazo, como ya vimos en el post anterior, el suelo pélvico va a ir perdiendo tono debido al cambio hormonal, el aumento de peso, la modificación postural… Posteriormente en el parto estos músculos se van a ver sometidos a un gran estiramiento en el expulsivo.

La distensión muscular será todavía mayor si el parto ha sido muy largo o instrumentalizado, si ha habido maniobra de Kristeller, en bebés muy grandes o en partos múltiples. Ese sobrestiramiento puede debilitar todavía más la musculatura que, recordemos, ya venía debilitada del embarazo.

Una hipotonía muscular a corto o medio plazo puede ser el origen de patologías como incontinencias urinarias o fecales, prolapsos de vejiga, recto o útero, pérdida de sensibilidad en las relaciones sexuales o estreñimiento.

Otra consecuencia del parto puede ser que aparezcan zonas de excesiva tensión en la musculatura perineal. Normalmente van asociadas a cicatrices de desgarros o episiotomías.

Como en cualquier otra parte del cuerpo, en una zona donde ha habido un corte en los tejidos que involucra a distintos planos musculares y fasciales, habrá más tendencia a la rigidez. Esta excesiva tensión puede ser responsable de dolor en la zona de la cicatriz (sobre todo en determinadas posturas o durante la penetración) y también puede dar lugar a estreñimiento.

episiotomía

Por supuesto, no es mi intención con este post asustar a nadie. No en todas las mujeres encontramos estas patologías (aunque desgraciadamente son bastante frecuentes). Pero es importante que tomemos conciencia de las posibles complicaciones que pueden aparecer en el postparto, para que ante cualquier síntoma estemos en alerta y busquemos solución cuanto antes.

La inmensa mayoría de problemas de suelo pélvico tienen solución desde la fisioterapia uroginecológica y el haber pasado por un parto no es razón para que tengamos que resignarnos a usar una compresa de por vida o a no disfrutar de nuestras relaciones sexuales.

Es muy recomendable que una vez hayan pasado 2 meses del parto te plantees la visita a un fisioterapeuta especializado para que valore en qué estado se encuentra tu suelo pélvico. Tu fisio te propondrá un tratamiento si hay algún problema, y si no lo hay podrá darte pautas para retomar la actividad física más apropiada en función de la etapa en la que te encuentres, si así lo deseas.

Aparte de la visita a un profesional especializado, voy a darte algunos consejos que te serán de gran ayuda para cuidar el suelo pélvico en el postparto.

Consejos para el postparto inmediato

  • DESCANSA

Y lo pongo así en mayúsculas, porque es de vital importancia que durante los primeros días te permitas recuperarte del maratón que supone el parto. Es fundamental que evites permanecer de pie y caminar durante los primeros días.

Tu pelvis está todavía muy inestable después del parto y corres el riesgo de que se acaben produciendo torsiones sacras y malposiciones ilíacas si caminas durante mucho rato. Esto, unido a la debilidad del suelo pélvico, puede acabar provocando un descenso de los órganos pélvicos o prolapso.

Es recomendable que uses un cinturón pélvico (que no una faja) que colocarás alrededor de tus caderas durante la primera semana, para favorecer el correcto reajuste de la pelvis y de las vísceras.

Es normal que te apetezca salir a pasear con tu bebé, mostrarlo a todo el mundo, estrenar carrito o portabebé, pero… ya  habrá tiempo para todo. Ahora lo principal es que te centres en atender las necesidades de tu bebé y en recuperarte.

Para ello será imprescindible contar con el apoyo de tu entorno. Y sobre todo, céntrate en disfrutar a tope esos días únicos de enamoramiento de tu hijo.

postparto

  • Atención a tu postura 

Existe una relación directa de nuestra postura con el estado de nuestro suelo pélvico y nuestros abdominales. Si la postura no es correcta, la dirección de las fuerzas derivadas de los aumentos de presión dentro de tu abdomen no será la adecuada. Estarás de esta manera favoreciendo el que pueda aparecer una diástasis abdominal o una patología de suelo pélvico.

Será importante pues, que estés atenta a corregir tu postura. Intenta ser consciente de cómo está tu espalda en las distintas posiciones que adoptas en tu día a día. Un consejo, por ejemplo, es que mantengas la espalda en autoelongación cuando estés sentada alimentando a tu bebé, que será durante bastante tiempo en el día. Puedes imaginar para ello que tienes un hilo que tira de tu coronilla hacia el techo.

  • Cuidado con los esfuerzos

Tus abdominales y tu suelo pélvico van a estar muy vulnerables los primeros días, así que es fundamental proteger esta musculatura al máximo.

Acuérdate de efectuar una contracción perineal cada vez que realices un movimiento que implique un aumento de presión en el abdomen, como coger al bebé o cuando te venga una tos o estornudo.

Cuida la forma en que te mueves y EVITA en lo posible todo aquello que suponga un trabajo extra para estos músculos como puede ser:

Cargar peso. Atenta a la manera en la que manejas a tu bebé y a cómo realizas determinados movimientos cuando lo llevas en brazos. Utiliza la fuerza de tus piernas para levantar y soltar al bebé.

Empujar a la hora de ir al baño. Evita a toda costa el estreñimiento con una alimentación adecuada.

Es esencial también que cuides la postura en el wc para facilitar la salida de las heces. Utiliza siempre un banquito debajo de los pies, apoya tus codos sobre tus muslos, y sopla autoelongando tu espalda en vez de empujar en apnea. Lo que hacemos de esta manera es simular la postura en cuclillas, que es la más natural para defecar.

Realizar ejercicios que impliquen correr o saltar, así como abdominales tradicionales.

Relaciones sexuales con penetración. Es habitual que en los primeros días no te apetezca tener ningún encuentro sexual. Si no es tu caso, y quieres retomar tu vida sexual pronto, deberás evitar la penetración hasta que hayan transcurrido las primeras seis semanas tras el parto.

  • Mantén una buena higiene genital

Con el fin de evitar infecciones y de que se produzca una buena cicatrización en caso de que haya episiotomía o desgarro.

  • Realiza ejercicios de contracción de suelo pélvico

Puedes empezar a practicar ejercicios de Kegel desde el principio, de manera suave durante algunos minutos en el día. De esta manera estarás aumentando la vascularización de los tejidos. Esto será muy beneficioso para disminuir el edema y el dolor, así como para favorecer la cicatrización.

Consejos para el postparto tardío

Seguiremos con las recomendaciones anteriores en cuanto a corrección postural, protección del suelo pélvico frente a esfuerzos y ejercicios.

Una vez transcurridos unos dos meses del parto será el momento de acudir a un fisioterapeuta especializado. Después de una entrevista y una evaluación del suelo pélvico, abdominales y postura, tu fisio te planteará la mejor opción para una recuperación adecuada.

Como en todas las patologías, cuanto antes acudas para solucionarlas, más fácil resultará el tratamiento. Pero aunque hayan transcurrido meses o incluso años de tu parto, seguro que podemos mejorar tu calidad de vida.

Adelante ¡busca ayuda!

 

Reconoce posibles problemas en la lactancia

descárgate ahora tu guía gratis

Responsable: Clínica Fisan. Finalidad: envío de mis publicaciones así como correos comerciales. La Legitimación; es gracias a tu consentimiento. Destinatarios: tus datos se encuentran alojados en mis plataformas de email marketing Mailchimp suscrita al PrivacyShield. Podrás ejercer Tus Derechos de Acceso, Rectificación, Limitación o Suprimir tus datos. Encontrará más información en mi política de privacidad

Curso online

"Bienvenido bebé"

Preparación al parto en pareja desde la comodidad de tu hogar